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EL PODER DE UN CORAZÓN Y MENTE CON RUMBO

La medicina moderna se apoya en la tecnología para identificar enfermedades y desarrollar curas en forma de medicamentos, cirugía e intervenciones terapéuticas. Sin embargo, durante milenios las formas alternativas de medicina -desde la medicina china hasta los métodos de las comunidades tribales – se han concentrado en la capacidad interna natural del cuerpo para oponer resistencia, combatir enfermedades y crear salud. Uno de los mecanismos biológicos más potentes para la promoción de este tipo de salud y de sanación está en la mente. Los pensamientos, emociones y el estado mental pueden constituir uno de nuestros aliados más potentes a la hora de mitigar enfermedades y recobrar energía y vitalidad.

DR. ANDREW WEIL: SOBRE EL ESTRÉS Y LA MENTE

El Dr. Andrew Weil, investigador asociado en etnofarmacología de la Universidad de Harvard y autor de Health and Healing (Boston: Houghton-Mifflin Company, 1985), afirma: «Los objetos externos y materiales nunca son causa de enfermedad, sino meros agentes a la espera de provocar síntomas específicos en cuerpos susceptibles. En vez de luchar contra los agentes de la enfermedad y pretender eliminarlos, deberíamos preocuparnos por aumentar nuestra resistencia y aprender a vivir en equilibrio con ellos».

Si no disponemos de una capacidad para lidiar con problemas, una red de apoyo social, y vivimos estresados, es probable que se descompense el equilibrio interno del cuerpo y se reduzca la resistencia. Así pues, la enfermedad se produce debido a nuestra vulnerabilidad, y no a agentes externos que «causan» nuestros problemas de salud. Cuanto más vulnerables seamos, mayor riesgo corremos de enfermar.

Los factores que nos exponen el peligros van desde nuestra actitud y capacidad al afrontar el estrés hasta los hábitos alimenticions o los genes que heredamos. Nuestra mente y conducta, nuestro entorno y predisposición genética son los elementos que más contribuyen a la enfermedad.

Nuestra reacción a los problemas cotidianos o a hechos especialmente estresantes pueden marcar la diferencia entre una infección o la ausencia de síntomas. Puesto que casi todos los microbios que nos afectan ya están presentes en nuestro organismo, solo contribuyen a las enfermedades cuando otros factores de riesgo disminuyen nuestra inmunidad o aumentan nuestra vulnerabilidd. Como hemos apuntado, un factor de riesgo es cualquier característica, condición o comportamiento que incremente las probabiidades de contraer una enfermedad. Fumar es un factor de riesgo; también lo es pensar qu la vida no tiene sentido o que es incontrolable.

Extracto de Who Gets Sick: How Beliefs, Moods, and Thoughts Affect Health de Blair Justice.

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